Voy a comenzar por el final: nos guste o no, Angela Merkel cumplirá en 2021, salvo algun milagro o sorpresa de ultimo momento, 16 años en el poder. Los sondeos indican a seis días de la elección una diferencia de 14 puntos entre ella y su mas cercano competidor, Martin Schulz del Partido Socialdemócrata (SPD). Tanto el SPD como el CDU-CSU de Merkel cohabitaron en el gobierno entre 2005-2009, y entre 2013-2017.

Ahora que la derrota parece irreversible, el deber del SPD tendria que ser colocarse en la oposición, y Merkel formar gobierno con los liberales del FPD. Así, la AFD se mantendría al margen a pesar de haber crecido cinco puntos en los ultimos cuatro años, y tanto el SPD como los Verdes y la izquierda de Die Linke podrian acercar posiciones y hacerle una verdadera oposicion a la gran canciller, a la dama de hierro de los teutones.

A inicios de este año, Schulz, quien ha sido presidente del Parlamento Europeo, parecia una esperanza de recambio. No obstante, las elecciones en Renania del Norte-Westfalia demostraron que el liderazgo de Schulz era de plástico, de mantequilla. No supo diferenciarse de Merkel, a pesar de no haberse formado en Berlín. Si bien Merkel aceptó a los refugiados en el 2015, sus socios del CSU hablan de establecer topes, y se sabe muy bien que esta estrategia se basa en hacerle la contra a Estados Unidos, y al mismo tiempo, contratar mano de obra barata. Porque Merkel ha dado empleo, pero empleo precario, temporal y muy mal pagado, sin beneficios laborales y con posibilidades altísimas de flexibilización. El odio de la AFD a su política migratoria es más racial que racional, y estoy seguro que si Alemania no estuviera en la UE, o mejor dicho si la Union Europea no existiera, Merkel estaría contra los refugiados. Tuvieron que ser un joven estudiante y una trabajadora de limpieza los que le hicieron oposicion verdadera a Merkel en los ultimos dias de campaña. El primero le recordó sus mentiras al establecer que para mantener a los refugiados se debian elevar los impuestos, cuando el SPD tiene un plan que aumenta impuestos a los grandes empresarios, algo que no supo explicar. La trabajadora de limpieza, por su parte, le criticó la precarizacion del sistema de pensiones, y su posible privatizacion. Pero ni la empleada de limpieza ni el estudiante son candidatos a Canciller. A Schulz se le olvido conectarse con el alemán común, tanto así que ni los blogueros le hicieron caso.

Otras cuestiones que se le critican a Merkel son no tener un plan para revertir la crisis del diesel y una postura tibia ante Turquia: si bien protege a sus ciudadanos agredidos por Erdogan y se opone a la adhesion de Turquia en la UE, no se atreve a calificarla como una tiranía.

Y es paradojico que los grandes medios de comunicacion globales alaben un cuarto periodo de Merkel, pero hayan pegado el grito en el cielo cuando Hugo Chavez decidio en 2012 ir por una tercera eleccion, que de vivir habría completado 16 años en el poder, los mismos que aspira a tener Merkel. Lo mismo se podría decir de Fujimori, quien tenía un plan para extender su gobierno hasta el 2005 o 2010.Es obvio que Merkel no es Chavez ni Fujimori, y mucho menos Trump o Le Pen. Pero citando a Fernando Belaunde, "reeleccion es corrupción". ¿Acaso no habia alguien dentro de la CDU-CSU que deseara suceder la posta a Merkel? ¿O que tuviera la capacidad?

Salvo por su política timida y a regañadientes de refugiados, el gobierno de Merkel representa un eslabón más del neoliberalismo. O mejor dicho, del conservadurismo: no olvidemos que Merkel se opuso al matrimonio igualitario, que fue aprobado por todas las fuerzas, excepto el CDU y el AFD, un punto en comun entre ambos partidos, pese a los tomatazos lanzados a Merkel por parte de la extrema derecha. Y si bien en Alemania se promueve el nacionalismo, hay una disciplina fiscal envidiable, una industria automotriz de primera calidad y de ultima tecnología, y un desarrollo científico de primer orden que los ha llevado a ganar varios premios Nobel, las tierras germanas siguen siendo el eslabón de la desigualdad, que no es visible en las urbes, pero sí dramáticamente palpable en las zonas rurales. Otro aspecto que la gran canciller ha obviado es el de las armas nucleares que Alemania almacena de Estados Unidos, algo que Schulz le reclamo y Merkel obvio habilmente en responder.

El deber del SPD y los Verdes es hacerle la oposición a Merkel, antes de que esta les sea arrebatada por los ultraderechistas. El SPD no necesita de Schulz, Sigmar Gabriel o Peer Steinbruck, tres fracasados de la socialdemocracia, Alemania urge con prontitud un Jeremy Corbyn o un Bernie Sanders. Hace dos años hubo una luz de esperanza con la aparicion de nuevos liderazgos europeos, como los de Alexis Tsipras, Pablo Iglesias y Jean Luc Melenchon. Esta luz de esperanza podria difuminarse el 24 de septiembre, no obstante, podría ser revertida si el SPD, la izquierda y los verdes le hacen una verdadera oposición a Merkel. Esa es su tarea ahora: ganar perdiendo.